© 2022 ESEADE | Desarrollado por Laura Paladino
El recorrido de esta exposición virtual comienza en la época en la que el artista Guillermo García Cruz (Montevideo, 1988) realiza sus investigaciones sobre la importancia del espacio arquitectónico institucional. Trabaja sobre lo conceptual de su obra luego de viajar a los Estados Unidos y terminar sus estudios sobre arte contemporáneo. Su interés evoluciona hacia el uso de menos elementos a la hora de crear una obra de arte, dando inicio a su camino en la abstracción y el minimalismo.
En la obra Espacios sin títulos (2017) podríamos pensar que García Cruz indaga sobre la importancia de la estructura y el espacio institucional (museo o galería de arte) como validador en el arte contemporáneo. Según su mirada, en el contexto del arte contemporáneo, el marco espacial e institucional se vuelve tan trascendente como el objeto. Sobre este eje especulativo, explora ese vínculo y plantea un vaivén entre el objeto y su contexto. Utiliza un material de la construcción: el ladrillo como medio para hablar de la pared que se vuelve obra y como módulo que estructura un sistema.
Suceden obras orgánicas de pinceladas evidentes y, como señala el artista: “En esa serie, quería plantear la dicotomía entre la institución y la expresión. Empecé a investigar entre la pared del museo y la expresividad de lo artístico o la pintura. Lo que aparecía era un fondo relacionado con lo aleatorio, lo expresivo, lo que no se puede repetir y adelante siempre la estructura de la pared, que simbolizaba la validación del arte. Esa estructura la pintaba de una amarillo neón, porque en nuestra cultura ese amarillo marca lo importante: es el resaltador. Como en una fotocopia vos ves una cantidad de elementos en blanco y negro, pero a lo que le tenés que prestar atención es a lo que está subrayado.”
En sus pinturas aplica el monocromo en distintos valores y el amarillo neón se vuelve un signo recurrente. En las obras Untitled Space XVII a (2017) y Untitled Space XVII b (2017) observamos líneas rectas amarillas que definen planos ortogonales y líneas oblicuas que sugieren planos en perspectiva que nos guían la mirada otorgando profundidad.
El tema principal en Espacios sin títulos (2017) y las obras que la acontecen es el espacio contextual. Lo que transcurre dentro y fuera de la obra está vinculado a un plano visual y conceptual y, a la vez, nos interpela sobre su relación.
En el año 2020 se revierte el orden de sus prioridades y se produce un quiebre en su obra. Y es aquí cuando sucede el Glitch.
“En el ámbito de la informática o los videojuegos un Glitch es un error que, al no afectar negativamente al rendimiento, jugabilidad o estabilidad del programa o videojuego en cuestión, no puede considerarse un fallo, sino más bien una característica no prevista.”
El Glitch es un término que se refiere a un error temporal que se corrige en ciertos momentos, que no destruye el programa o videojuego, sino que lo distorsiona temporalmente. El artista relaciona esta distorsión temporal con los cambios de paradigma establecidos a partir del año 2020: el año de la pandemia; un evento de índole mundial en el que también se vio alterado el funcionamiento de las instituciones artísticas.
En las obras que realiza a partir de ese período convergen sus inquietudes: García Cruz cuestiona a través de sus pinturas si las exposiciones y ferias virtuales forman parte de este Glitch, o si una vez que se corrija este error en el sistema volverá a ser todo como antes.
Sus pinturas también se nutren del legado argentino-uruguayo del Movimiento Madí, creado en 1946 por Gyula Kosice, y los artistas rioplatenses Arden Quin y Rhod Rothfuss. En esa época se decía que el “Madí destruye el tabú del cuadro al romper con el marco tradicional. La invención madista del marco irregular viene a liberar la Pintura de las leyes de composición que la han estado asfixiando por siglos y que ni las más grandes revoluciones en la plástica habían conseguido eliminar”. Madí es movimiento y ruptura y en sus obras podríamos reconocer dicha influencia.
La escritora y doctora en Estética, Elena Oliveras, señala que “Pocos son los artistas revolucionarios, verdaderamente iconoclastas. Son aquellos, que como Duchamp o Malevich, logran producir una ruptura de paradigmas.” Guillermo García Cruz estudia la obra de Kasimir Malevich y le sirve como antecedente para poder realizar las 17 obras que completan esta exposición. Malevich, elimina todo vestigio de representación en su obra Cuadrado negro sobre fondo blanco (1915), liberando la pintura de la figuración, dejando que solo exprese su esencia. En la serie Glitch, García Cruz quiebra lo moderno literaria y simbólicamente.
Su búsqueda por expresarse con un lenguaje cada vez más acotado lo lleva a utilizar el color negro, que por un lado es la suma de todos los colores y, por el otro, es la ausencia de luz. En las obras Screen XXIIISP c, (2023), Screen XXIIIMX b, (2023) y Screen XXIIIMX c, (2023), sin alejarse del origen digital del término, emplea el rojo, el verde y el azul, colores que resultan ser característicos de los píxeles, o de una pantalla, y que también utilizó Malevich en algunas de sus composiciones.
Considerando estos aspectos, el recorrido por nuestro guion curatorial explora dos ejes complementarios en los que se vislumbra cómo García Cruz, tomando como disparador los acontecimientos ocurridos en el año 2020, reinterpreta el Glitch como un cambio en general. De alguna manera son Errores perfectos aprovechados por el artista para crear composiciones que atraen la mirada del espectador hacia las texturas y distorsiones generadas por el Glitch.
Estas obras abren un entramado de complejos planteos. El ideal del artista es no cerrar los contenidos y que su mensaje llegue al espectador utilizando la menor cantidad de recursos; aislando de la obra todo lo que seduce, para que al final, prevalezca su idea.
Laura Guisado – curadora
Inauguración: 16/08/2023
Docentes: EUGENIA GARAY BASUALDO / YANINA ISPIZUA
Guillermo García Cruz (Montevideo, Uruguay, 1988) estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes (URU). Su formación se complementó en Advanced Painting Washington Studio School, EE. UU. y en Drawing and Painting in Contemporary Art, Corcoran College of Art, Washington, EE. UU.
Obtuvo premios y distinciones entre los que se destacan:
Selección de exposiciones individuales:
Ferias de arte en las que participó:
Intervino en las siguientes residencias:
Su obra pertenece al acervo de numerosas colecciones privadas internacionales tales como:
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