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La natural mecánica de lo espiritual
“Todo lo que vemos esconde otra cosa, siempre queremos ver lo que está escondido detrás
de lo que vemos“.
R. Magritte
“Lo que se ve no es más que un umbral hacia lo que no se ve”.
Corintios 4:18
Los recorridos personales son infinitamente diversos. En esta muestra se refleja en obras que trazan conexiones entre lo espiritual, lo misterioso y lo visible. Martín Mauricio Molina fue formado en una escuela técnica de mecánica, por mandato de la tradición familiar, y su interés por el arte no fue ignorado. Alentado por el profesor de plástica exploró su talento en talleres y, más adelante, en la escuela de arte donde estudió Diseño Gráfico. Marcó así el inicio de su crecimiento artístico con influencias de artistas locales como Foliar y Vicky Montaldi, de Remedios Varo y de clásicos como El Bosco y Goya.
El artista describe la importancia de la naturaleza local y su herencia mística, que abarca tanto lo cristiano como lo pagano. Cada obra se convierte en un portal a un mundo donde esta dualidad se entrelaza y lo que se esconde detrás de lo evidente se vuelve una fuente constante de inspiración. Refleja su presencia y un misterio subyacente que intenta capturar cimentado en tres pilares: la espiritualidad, el tiempo y la libertad. El proceso de creación artística se convierte en la manera de traducir lo que percibe del entorno y su comprensión de lo espiritual.
Las aves y los animales de las obras provienen de la fauna de la provincia de Salta. El sentido de pertenencia y características particulares se relacionan con las tradiciones, las leyendas y el folclore. Con cada pincelada adquieren una nueva identidad, mutan, cambian, combinados con vegetaciones y elementos inertes dan nacimiento a personajes híbridos.
En los óvalos se representan aves específicas, como el Boyero y la Saira Dorada; el Tordo y el Pitiayumi; el Anó Grande y el Siete Vestidos. Son parte de una serie inspirada en citas bíblicas o palabras de los textos sagrados.
Martín Mauricio Molina se considera un testigo, una especie de vidente, cuyo trabajo se basa en representar aquello que está en otro plano. Toma estos óvalos como pequeños portales que conducen a un mundo tan real como el que percibimos. Se siente cómodo trabajando en pequeño formato, generando intimidad y un vínculo como el de un abrazo.
Los círculos son espacios, universos, atmósferas. Dentro de ellos, emergen seres con la figuración de aves, acompañados de entidades también en forma de círculos. Representan otros mundos y sus habitantes generan la sensación de lo infinito.
El Vidente, como se autodenomina, cree fervientemente en el mundo espiritual. Para él, este es igual o, incluso, más real que el entorno cotidiano al que pertenecemos. Su fe en la visión trasciende lo meramente sensible. Cree que es posible mirar más allá de lo común que nos rodea, convencido de que todo puede cambiar o transformarse.
Las piezas de forma cuadrada se dividen en dos grupos: los que muestran flora propone una conexión con salidas, escapes o portales hacia otros espacios con realidades diferentes. Estas especies de plantas “sagradas” provienen de su familia que recurre a la medicina natural. Las dolencias se tratan con plantas, hojas y flores en forma de tisanas o ungüentos. El otro, es el que presenta fauna en la cabeza, poseen cuencos como salidas hacia lugares vacíos, no habitados. El felino, el ocelote y una especie de zorro son representados como devoradores, lo que nos acecha y atemoriza, algo con lo que cargamos y que persiste, aunque tratemos de escapar. Crea la impresión de convivencia con el miedo y lo desconocido. La imagen en su totalidad está marcada por una tensión generada por las finas ramas que sostienen los cuencos. Esta sensación de inestabilidad sugiere la posibilidad de ruptura, de movimiento que implica el cambio.
Las obras integran la serie Encuentros donde los seres coinciden en un mismo ámbito, pero no en un mismo tiempo. Aparecen aves como el Pitiayumi, Verdón, Juan Chiviro, Celestino, Cerquero cabeza castaña, Fueguero común, Tangara común y Frutero cabeza negra, La ratona, Martín pescador, Angú y Tacuarita azul. Se desconoce su origen o hacia dónde se dirigen. No se distingue en qué tiempo o dimensiones existen, de ahí la variedad de proporciones. Son seres que ocupan la misma habitación de un hotel en diferentes épocas y se encuentran reunidos en una fotografía. Convergen así, los tiempos del ayer, hoy y mañana en una imagen, unidos por el espacio. Fuera de la habitación está la apertura a otros universos, donde cosas extrañas conviven en plena luz del día.
Esta serie explora la percepción de la imagen de manera más explícita, con la propuesta de mirar desde distintos puntos de vista. Todo depende del lugar que ocupe el espectador.
El artista se presenta como un ser pensante, un núcleo. Su cabeza es un universo lleno de cargas, misterios y secretos donde coexisten realidades. En el interior habitan seres, pensamientos que toman forma, que se materializan en diferentes planos y cada uno se proyecta y vive a su manera. Algunos son figurativamente normales, mientras que otros se revelan lentamente. Lleva tiempo verlos y, aún más tiempo, convertirlos en imagen.
De igual manera, se percibe como un mero espectador, observando y tratando de recordar esas imágenes. Captura y representa una porción de un todo en un intento de captar lo que ve y compartirlo a través de su arte.
Imaginar una orbe habitada por seres diversos, tanto con relación como sin ella, es la esencia de la serie de las maderas. Podría ser infinita, como si retratara a cada individuo humano del mundo en el que vivimos. Sin embargo, el artista percibe que todos estos híbridos que ahora se presentan en su vida, estuvieron en la historia, en la Biblia, en distintos libros sagrados y en múltiples culturas. Y, en su creencia, siente que volveremos a encontrarnos con ellos en algún momento.
No concibe que estos seres aposenten en un cielo o un infierno, sino que viven entre nosotros, son parte de lo cotidiano. En esta creencia hay una diversidad que trasciende los límites, fusionando diferentes elementos para representar la complejidad y diversidad de la realidad de la existencia compartida.
Sin embargo, hay algo más en todo esto, que no se distingue a simple vista, pero que puede sentirse. Cada obra es un recuerdo o una visión que ha experimentado en el pasado, que puede estar por venir o que esté ocurriendo en paralelo en este mismo instante. Una presencia que no siempre se reconoce, un sentimiento de ser observados. Sucesos extraños que se manifiestan en plena luz del día, una realidad que va más allá de lo evidente. Son porciones de otras realidades, aspectos que han sido ocultados. Todos somos creadores de historias, amalgamando existencias opuestas que se fusionan. Plasma misterios, lo intangible, pero que existe. Da luz a lo oculto, lo expone, permite que se muestre y que se haga presente para todos.
Martín Mauricio Molina sugiere que, imaginemos que existen otras realidades, que todo a nuestro alrededor puede cambiar, puede transformarse y ser otra cosa. Que todo lo cotidiano puede ser lo que no es. Que no todo lo que vemos es real porque es posible pensar que existe algo más allá de todo lo tangible.
María Isabel Díaz
– curadora
Artista: MARTÍN MAURICIO MOLINA
Curaduría: MARÍA ISABEL DÍAZ
Inauguración: 04/12/2023
Docentes: EUGENIA GARAY BASUALDO / YANINA ISPIZUA
Diseño web: LAURA PALADINO
Carrera: LICENCIATURA EN CURADURÍA Y GESTIÓN DEL ARTE
Dirección de la Licenciatura: LUCIANA GARCÍA BELBEY
Dirección del Departamento de Arte:
MARÍA ELENA BABINO
Martín Mauricio Molina
Nace en la Ciudad de Salta en 1992. Es artista visual y urbano, dedicado al muralismo. Graduado de la Tecnicatura en Artes Visuales con orientación en Diseño Gráfico en el Instituto Superior de Bellas Artes Tomás Cabrera, Salta. Muestras individuales: 2023. Aquello que nos habita. Museo de Arte Contemporáneo de Salta. Curador: Hernán Ulm. 2020: Proyecto personal V.A.C.A Inventarse modos de (sobre)vivir, Museo de Arte Contemporáneo de Salta. 2018: Proyecto V.A.C.A -Vivencias, Museo de Arte Contemporáneo, Salta. Muestras colectivas. 2023: Casas con Arte Urbanización Casas del Bosque de Proyecto Norte y Casi Diamantes del Museo de la Ciudad Casa de Hernández en Salta. Buenos Aires. En el jardín de senderos que se encuentran de la Fundación Osde; Variaciones Limbo Museo de la Cárcova y en Galas del Río en el Museo de Bellas Artes de Entre Ríos. Realiza en proyecto mural Memorias del rio, patrocinado por la Municipalidad de Salta. 2022, expone en la Feria de Arte MAPA y en Arte BADA en La Rural, CABA. En Salta, muestra colectiva Pandemia y en 440 años / 440 obras en el Museo de la Ciudad Casa Hernández. 2021. Salta: Proyecto Distrito Murales de la Municipalidad. Ilustrador en la XXV Semana de Cine. RGB Galería de Arte y Paralelos y Precipicios de la Galería Mamoré Arte. 2020: Proyecto Arte en Cuarentena- Instituto de Investigaciones en Cultura y Arte (IICA) y el museo de Bellas Artes y el XL Salón Provincial de Artes Visuales – Escultura de Salta. 2019. Salta: Quorum en Casa de la Cultura; Espacio de Arte Contemporáneo, Hotel Design; Casa DIR, Museo de Arte Contemporáneo; Colección de Arte del IICA; Instituto de Investigación en Cultura y Arte, AR-TE en Galería de Arte Nativa; Muestra de Arte Contemporáneo Thañi e inauguración de la Usina Cultural y Epifanía en Espacio Burgos Club Arte y Moda. En Córdoba, Entre la Gráfica y la Pintura, Centro Cultural “La Caroyense” de Colonia Caroya. 2018: Ilustrador XXIV, Fiesta Provincial de Teatro Salta en el INT y Sustancia en El Teatrino y Sindicato del Dibujo en Museo de Arte Contemporáneo de Salta. 2017. XLI Abril Cultural, Salta Proyecto Naturaleza Urbana. Arte Único, Fernet Branca, Colección 2017, en Buenos Aires. 2016. Participa en el 2° Encuentro Internacional Salta a la Calle en El Teatrino; el Laboratorio Creativo Ruta de Murales y la muestra colectiva Somos Nosotros, en el Museo de Arte Contemporáneo de Salta. Obtiene el primer premio en la especialidad grafitis-mural en el Concurso Premio Estímulo Lola Mora, Salta. Vive y trabaja en Salta.
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